EL PIMIENTO | Pemento de Herbón

Los orígenes

El inicio del cultivo del pimiento en Galicia se asocia a las semillas traídas desde el estado mexicano de Tabasco por los monjes Franciscanos al convento de Herbón, localidad perteneciente al municipio de Padrón, en el Siglo XVII.

El pimiento seco y molido ya se comercializaba en Herbón a finales del siglo XVIII, constituyendo una importante fuente de ingresos, (Archivo General de Simancas. Catastro de la Ensenada. Respuestas Generales. Provincia de Santiago. Libro 253, fol. 1).

El proceso de selección varietal y las prácticas culturales de recolección precoz comienzan entonces, transmitiéndose desde la comunidad monacal a los agricultores de su área de influencia, conformando un sistema de producción altamente especializado, en el que la semilla era transmitido como bien parafernal (formando parte de la dote) y nunca fuera de la zona de producción.

Descripción

Los pimientos amparados por la Denominación de Origen Protegida (D.O.P.) «Pemento de Herbón», son los frutos de la especie Capsicum annuun, L, procedentes de los ecotipos locales de la variedad «Padrón», siempre que procedan de parcelas inscritas en el correspondiente registro, gestionado por el órgano de control.

El fruto es recolectado en estado inmaduro precoz para su comercialización en fresco. Presentando un color verde ligeramente claro, una longitud de entre 3,5 y 5,5 cm y un diámetro máximo entre 1,5 y 2 cm.

Una de las características organolépticas más destacadas del «Pemento de Herbón» se refiere a que no todos los frutos presentan sabor picante, sino que éste ocasionalmente aparece («uns pican e outros non», de acuerdo con la conocida frase popular referida a este producto) y que es un picor ligero, ya que los productores se esmeran en seleccionar el producto eliminando aquellas plantas y frutos con sabor picante más intenso. La forma en la que se ha llegado a conseguir esto, partiendo de una variedad originalmente picante, es quizás el elemento de prueba más importante referente al vínculo con el «saber hacer» de los productores de la zona.

¿Por qué pican?

Que los pimientos piquen más o menos depende de la cantidad de compuestos capsicinoides que contengan, estos se concentran en la placenta, que es la parte blanquecina que hay en el interior del fruto, en unas pequeñas vesículas. Se han identificado hasta diez compuestos distintos, pero es la capsicina (seguida de la hidrocapsicina) la que más pica. Como estas sustancias son agentes defensivos, la cantidad que produce la planta depende tanto de las características genéticas de la variedad, como de las condiciones ambientales; temperatura, humedad, composición del suelo, fertilización y estado de desarrollo del fruto en el momento de recogida, etc.

El cultivo de pimientos en otras zonas con unas condiciones ambientales distintas, sobre todo con temperaturas altas, aumenta la cantidad de frutos picantes que produce cada planta y con características organolépticas distintas. Incluso en los pimientos cultivados en la misma zona y parcela, aumenta la probabilidad de frutos picantes si hay más sequía o altas temperaturas, así como un deficiente manejo del cultivo.

Decir que un pimiento pica mucho o poco depende siempre de quien lo come, pues el umbral de detección varía de unas personas a otras. El picor no es un sabor sino la irritación de las paredes de la boca y de la garganta en respuesta a la capsicina. Si uno come picante con frecuencia lo nota menos porque su cuerpo se acostumbra.

El picante de los pimientos se ha investigado tanto por su efecto analgésico como posibles propiedades anticancerígenas, además de ser utilizado como arma de defensa personal en sprays, para evitar ataques de pulgones en algunos cultivos o para impedir la entrada de animales en ciertos recintos.